Una forma de pararse en el mundo

La masividad creciente del running en el mundo refleja la búsqueda de prácticas que generen mejor salud y calidad de vida.  

"El fenómeno del running, más de 360 maratones en el año, más de 40 mil maratonistas de diferentes edades en Nueva York, Berlín, París, Londres, es mundial, y también lo estamos observando en Chile, con muchos eventos de 10K, trekking y maratones.

¿Que hace que miles de chilenos se estén volcando "a aplanar las calles"?

Si tú le cuentas a un amigo que trotas, la primera reacción de éste es que es una locura: ¡qué fome es trotar!

Pero el running es más que trotar, es mucho más que pisar el asfalto, que lesionarse las rodillas: es una opción, es un estilo de vida. Nosotros los chilenos lo estamos incorporando a nuestra ciudad, a nuestras prácticas, a nuestra forma de vida después que otros países desarrollados.

Tiene que ver con espacios de crecimiento personal, de tiempos para estar sólo consigo mismo, con cómo enfrentamos la vida, con nuestro desarrollo, la salud y la longevidad.

El deporte fue menospreciado por mucho tiempo en nuestra sociedad racional y pseudointelectual. Se olvidó del dicho " mens sana in corpore sano ", y antepusieron el intelecto al cuerpo, como si fuese algo diferente y antagónico.

Eso cambió, y el running aparece en este siglo XXI como un estilo de vida que permite aprender valores y prácticas centrales para nuestra existencia: la constancia, la superación personal, la perseverancia, el sacrificio, la alegría, la planificación, la superación de metas, el sentido de equipo, el amor a la naturaleza; running no es correr, es optar por una forma de vida.

El running implica planificarse, ser consistente, levantarse temprano para entrenar en muchos casos, evitar excesos de alcohol, de tabaco, de drogas; exige una sana alimentación, una decisión de optar por la salud, y hacerlo a una edad madura significa también optar por una vejez activa, tónica, alegre.

La recompensa para esta actividad -y lo he constatado con la gran mayoría de los runners- es su estado de ánimo positivo frente a la vida, tener la sensación de que es posible sentirse con fuerza y no dejarse avasallar por los problemas cotidianos. Existe un factor biológico no menor: el vigor y lucidez, activados por la endorfina, se transfieren a los ámbitos familiar, laboral y social. No existe runner arrepentido.

La práctica del running tiene que ver con cómo enfrentamos la vida, y para los mayores, la longevidad. Por expectativa de vida, los seres humanos en Chile hoy viviremos cerca de 80 años en promedio. Nuestros abuelos vivían 60, la edad en que hoy corremos maratones. Queremos llegar bien a la edad avanzada, lúcidos, fuertes, con memoria corta y larga, con tonicidad muscular.

Este es un deporte en que todos, con un par de zapatillas, unos pantalones y una polera podemos hacerlo. No es elitista.

La gente se ha ido sumando por curiosidad e imitación, y descubre el encanto de un estilo de vida. Los runners se olfatean, se reconocen, tienen gustos en común, y ello explica la proliferación de los clubes. Trotar hoy es una forma de pararse en el mundo. El mundo de hoy es un mundo de redes, de comunidades, y esto es de verdad, no virtual, de mirarse, de compartir en vivo y en directo.

El running -y las grandes empresas de deportes lo han reconocido e incentivado- constituye un evento social, plural, sin discriminación de edad, género, raza ni religión, en que los seres humanos podemos reconocernos y crecer".

Publicado el 27/12/10
Fuente: La Tercera


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